jueves, 9 de mayo de 2013


Leyenda de la Malinche

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La trágica vida de Malintzin comienza en Coatzacoalcos, era hija de un cacique, pero al tener su primer hijo varón decidió deshacerse de ella vendiéndola como esclava. A esta mujer se le dio el nombre despectivo de la Malinche, gracias al mal oído de los españoles. Años después, el conquistador Hernán Cortés la recibiría con un obsequio en Tabasco y fue bautizada con el nombre de Marina. Fue traductora-intérprete entre los españoles y los indígenas. Le mostró a Cortés las costumbres sociales y militares de los nativos, jugando un rol muy importante en la conquista.
Cortés tuvo un hijo con La Malinche, Martín Cortés (primogénito pero ilegítimo). Comenzando así el mestizaje, convirtiéndose en la primera madre de pueblo de México. Malintzin fue dada después al capitán Alonso Hernández Portocarrero, y años después fue casada con Juan de Jaramillo, con quien tuvo una hija llamada María Jaramillo. Tuvo un regalo de bodas nada despreciable: un vasto terreno cerca de Chapultepec, otro en San Cosme, la arboleda de Moctezuma en Coyoacán y las casas que ocupó en las calles de Medina, esta es la famosa Casa de la Malinche.
Tanto en vida, como después de su muerte, Doña Marina se convirtió en toda una leyenda, tanto así que incluso se llegó a integrar al mito de La Llorona, se decía que esta era la llorona, la que venía a penar del otro mundo por haber traicionado a los indios de su raza, ayudando a los extranjeros para que los sometieran.
Entre las paredes de las casas que habitó se escuchan sus lamentos, por ser despreciada y tratada como esclava. Se tiembla al verla venir, basta una mirada de sus ojos negros para infundir el miedo. Su sombra y el fantasma de pelo suelto y túnica flotante seguirán metiendo miedo, desde los bosques y las grutas de Chapultepec, lanzando en ya conocido grito: –¡Ay mis hijos!-.
La leyenda del Choco
En la Ex Hacienda de Coahuixtla, Cuautla Morelos. Una de las más prosperas de la región trabajaba una hermosa mujer; su belleza era tal que muchos hombres la pretendían, y ella siempre se negaba. Un día después de bañarse en el rio, se topó con un extraño forajido, montado en un enorme caballo negro. Que ofreció llevarla a casa, la joven rechazó sus primeras propuestas, pero al final terminó por aceptar.

Creyendo que todo había llegado hasta ahí, la muchacha se sorprendió al verlo con frecuencia, a final de cuentas, como todos los demás trataba de enamorarla. Pero a diferencia de los otros, él lo logró. La mujer quedó embarazada, y del sujeto ya no se supo más. El bebé nació a los 6 meses, pero era algo extraño, distinto a los demás, muy despierto y hábil. Cuando el niño cumplió 6 meses la madrina de la muchacha se dirigía hacia la iglesia para bautizarlo, pero cuando cruzaban el rio el bebé le dijo:
- Mira madrina ya puedo hablar, ya tengo dientes, y te voy a matar-, dicho esto, el bebé la mató y salto al rió, quedó incrustado en una piedra y después desapareció.
Se rumora que aquella criatura era hijo del Diablo y que desde entonces se aparece en la hacienda, asustando y haciendo maldades a los trabajadores. Se le atribuyen también algunas muertes, y se le puede ver en las ruinas y los túneles de la ex hacienda jugando con los huesos de las personas que ahí han muerto.
Cuentan también que por los caminos rurales, se escucha el llanto de un bebé. Al seguirlo conduce hasta un recién nacido, aparentemente abandonado. Quienes lo han recogido para llevarlo ante la policía o al hospital más cercano. Después de cargarlo un rato, sienten un repentino dolor en su brazo. Al voltear, ven con horror que el bebé, lo muerde con sus muchas hileras de dientes, y con voz ronca lanza todo tipo de insultos y amenazas.
Entonces los asustados incautos, arrojan lejos aquel terrible regalo